EXTRAÑOS CORTOS RELATOS

El blog recopilatorio de las idas de pinza de Mortfan1

11 may 2009

Una historia entre muchas

-Esto no te sacará de ésta ¿Lo sabes?

En una oscura habitación, dos hombres se miran cara a cara. Uno arrodillado y con los brazos en cruz, ensangrentado y, sin embargo, arrogante. El otro con la cara tapada por un pasamontañas, firme, con las piernas abiertas, lo apunta con una Schwistz, de corto cañón pero gran alcance. La última innovación de los amigos del régimen. Sólo se pueden ver sus ojos, de color azul eléctrico, brillando en la oscuridad de su atuendo.

-¡Cállate!- ruge con voz amortiguada-No tienes ni puta idea de lo que estás hablando- el nerviosismo invade a la figura, que comienza a temblar ligeramente y aparta la vista del reo. Lleva su diestra a la sien mientras con la izquierda sigue apuntando al hombre de manera precaria.

-Sé lo que veo- su sonrisa se deja ver entre sus dientes teñidos en rojo- Y lo que veo es un muchacho inseguro que aún ni siquiera tiene voz de hombre. Un chico que juega con un arma que no puede comprender, alguien que quiere esconderse detrás de un pasamontañas y unas lentillas ridículas- el muchacho se vuelve a mirarlo de nuevo, con ojos escandalizados. La risa del hombre se acentúa aún más- Lo que veo es alguien que se esconde del régimen haciéndose pasar por uno de ellos.

-¡He dicho que te calles!- grita el muchacho, acercándose un paso a su interlocutor- Puede que pienses que no entiendo esta pistola, pero- amartilla el arma, y la apunta directamente a la cabeza del hombre- estás muy equivocado.

-¿Y tienes la suficiente sangre fría para matarme? No creo

-Tú no tienes ni puta idea- repite- de lo que yo soy capaz. Ten por seguro que te mataré.

-Chico, yo puedo ayudarte- dice, algo menos seguro de sí mismo- Somos contrarios al régimen y debemos estar juntos ¿no lo entiendes?- lleva una mano a su pecho, lentamente, sin llegar a tocarse- Puedes confiar en mí.

-¿Confiar en ti?- escupe con desprecio antes de echarse a reír. Es una risa cristalina y ligeramente desequilibrada. Se lleva la mano a la cara y le tira algo al regazo: las lentillas. El hombre puede ver ahora sus ojos negros- ¿Confiar en ti?- repite mientras se quita el pasamontañas y deja que su melena oscura caiga en cascada sobre sus hombros- ¿Y por qué extraña razón crees que debería confiar en ti?

-Tú- murmura el hombre observando con sorpresa la mujer ante él.

-¿Creíste que te habías librado de mí?¿Crees que huyo del régimen?- su carcajada se oye sonora por toda la habitación- Estoy en contra de esta guerra. Estoy en contra de ellos. Estoy en contra vuestra. Pero, sobre todo- hace una pausa y sonríe- estoy en contra tuya- dispara a una pierna y el hombre chilla encogiéndose sobre la herida- Estoy en contra de los que utilizan su título de soldados para robar y violar- dispara de nuevo, esta vez a un hombro, mientras se acerca unos pasos, acompasados por los gritos y sollozos del hombre, que repta intentando alejarse de ella- Estoy en contra de los cabrones que entran en mi casa y matan a toda mi familia después de profanar sus cuerpos- saca un cuchillo de monte de su costado y le clava el brazo que aún tiene sano a la viga de madera sobre la que se recuesta, tras lo que apoya el cañón del arma en su garganta, justo debajo del mentón- y pretenden hacer lo mismo conmigo.

-No, no... - ruega el hombre, lloroso y débil.

-Pero no morí- ríe mientras juguetea con el pelo sucio del hombre- No conseguiste acabar conmigo y ahora, te vas a arrepentir.

-¡No, por favor!- el pánico tiñe su voz y nota cómo su vejiga se vacia en sus pantalones. En todo el tiempo que había estado luchando, nunca había sentido tan cerca la muerte.

Ella observa divertida el desahogo de su prisionero y le da una pequeña palmada en la mejilla.

-Tsk, tsk, tsk... Chico malo...- una pequeña risita escapa a sus labios- ¿No te dijo tu madre que no debess hacerte pis encima?

Aún se puede escuchar un sollozo ahogado, junto a un balbuceante “No, no por favor, lo siento” antes de que el sonido del disparo llene el aire, ahogando todos los demás.

Después, una risa febril y enloquecida y un segundo disparo.

Y el silencio.

6 comentarios:

Reithor dijo...

Ah, el sabor de la venganza...

Mirate las comas de la cuarta frase "El otro, con la cara tapada por un pasamontañas, firme, con las piernas abiertas, lo apunta con una Schwistz, de corto cañón, pero gran alcance. " porque a mi me sobran la mitad. Y el detalle de que al principio el reo le trata de hombre, si es mujer en la voz se lo notará... Por lo demás muy bien :)

mortfan dijo...

Mmm, tienes razón en lo de las comas pero en lo de la voz no. Date cuenta que lleva un pasamontañas, lo que distorsiona la voz, y le dice "lo que veo es un muchacho inseguro que aún ni siquiera tiene la voz de hombre". Es decir, le nota la voz rara, pero no piensa que sea una mujer. Ya se sabe, el machismo...
;D Un saludo

Rarevalo dijo...

Muy bueno, Mortfan. Y qué humano es esto de vengarse, como si acabar con aquél que nos hizo daño fuera a resolver algo. Respecto al detalle de la voz, a principio también vacilé, pero tras pararme a pensarlo, entendí que lo habia confundido con un muchacho al tener la cara cubierta. Vamos, que podría esperarse de todo menos una mujer ¿No? saludos

mortfan dijo...

Efectivamente. La idea es que el lector dude. Gracias por la crítica ;D

Chusa dijo...

Vaya!! Qué intenso...Me encanta!!

mortfan dijo...

Gracias guapa ;D