EXTRAÑOS CORTOS RELATOS

El blog recopilatorio de las idas de pinza de Mortfan1

26 nov 2008

20 de noviembre



Aunque ya haya pasado el 20 de noviembre. Aunque los días pasen con rapidez. No olvidemos. Los niños merecen una infancia feliz, no degenerada y maltrecha. Di no a la pornografía infantil. Di sí a las infancias felices.

20 nov 2008

Mascotas

Hay gente que compra coches carísimos para apenas lucirlos, por miedo a que se rallen. Hay gente que se mete toda clase de drogas habidas y por haber sólo para poder gozar de unos minutos de esparcimiento. Yo, tengo animales. Todo el mundo dice que estoy loca. Lo digan en serio o no, creo que tienen razón. Porque si adoptar amigos inigualables, cuidarlos y quererlos tanto como ellos te quieren a ti y ser feliz es estar loca... pues yo estoy como una cabra, con razón y con gusto. Sarna con gusto no pica, dice el refrán. Mucho peor es gastarse el dinero en cosas materiales que te dan una satisfacción momentánea, en el mejor de los casos, y yo no voy por ahí diciendo: "están locos". Es el problema de cada cual en qué se gasta el dinero y qué le hace feliz, siempre que no dañe a los demás por esa causa. ¿O acaso no es cierto?




13 nov 2008

La señora

-Bueno, bueno, bueno... ¿qué tenemos aquí?- El gordo Gobler paseaba por la habitación en penumbra, de un lado a otro, mientras mascaba un chicle. La única luz existente era la de la lamparita auxiliar que, curiosamente, estaba enfocada hacia una cara hinchada y sangrada, perteneciente a un cuerpo aprisionado por unas cuerdas con gran maestría.
-¿Así que pensaste que te librarías de Carasapo, verdad?- las palabras se mezclaban con el chiuc, chiuc del mascar del chicle.
-¡Gobler! Deja de mascar chicle. Es asqueroso- este individuo de piel cetrina y delgado como un cadáver se sentía intimidado por la prisionera, depredadora de mafiosos, y por ello todo lo molestaba.
-Estoy dejando de fumar, porque quiero vivir muchos años. Tú deberías hacerlo también
-No digas estupideces Gobler, en nuestro trabajo si llegas a mañana debes dar gracias a dios. A todos.
-¡JAJAJA! Seguro que la "señora de la sangre" no está de acuerdo contigo chiuc chiuc¿Verdad, oh "señora" que tú sí crees en la salud?chiuc
La reo los miró con acritud, pero no respondió.
-El que calla otorga ¿eh, Jamil?
-Calla, Gobler. Esto no me hace ni puñetera gracia. Esta tía se ha cargado a 10 de nuestros compañeros, de maneras que hasta a mí me dan escalofríos.
-¡JAJAJA!¡JAJAJAJA! ¿Eso crees? chiuc, chiuc La chica está cabreada porque matamos a toda su familia ¿y qué? chiuc chiuc Eso te hace ser libre... ¡JAJAJA!
-Creo que nos mira mal
-Claro que nos mira mal chiuc chiuc, nos la hemos cargado en un momento y sin ayuda de nadie y la hemos traído solos al cuartel general chiuc chiuc. Creo que esta tía debió tener ayuda chiuc chiuc tenemos que encontrar al tío. Total, sólo es una mujer...

Se oyó un chirrido y la puerta se abrió. Un rayo de luz entró sigilosamente. Tras él un hombre de mediana edad, de complexión atlética y hermoso como un amanecer apareció andando con parsimonia y elegancia. Frente a él la prisionera, atada a una silla, con la cara hinchada y ensangrentada y aún así cautivadora. De piel aceitunada y ojos y pelo negros como el azabache miraba al hombre que acababa de entrar con un odio tal que hubiera echado hacia atrás al hombre más osado, pero que no inmutó en lo más mínimo a nuestro adonis.
-Bien, bien. Por fin nos vemos.
-...
-¿Así que tú eres la que ha despachado a mis... trabajadores? Lo suponía...
-...
-Bien, no contestes. No lo necesito.
La miró profundamente ¿Habría posibilidad de ponerla de su lado?
No, ella nunca haría eso
-Matadla
Salió de la habitación. Se disponía a irse, pero algo le extrañó. Llámalo intuición o sexto sentido, pero algo no marchaba bien. Ella no debería estar TAN tranquila.
-¡JAJAJA! ¿Así que vas a morir, eh? chiuc chiuc bien quizá podamos divertirnos antes un poco chiuc chi...ghhh!!!
Ruidos ahogados. Golpes imperceptibles. El hombre se dio media vuelta, sus secuaces lo imitaron. La puerta comenzó a abrirse. Y allí estaba, cubierta de sangre, no suya toda, con el cuchillo de monte que le había arrebatado a sus captores, el mismo que ellos le habían quitado de sus manos cuando se dejó coger.
Con sus ojos azabache miró profundamente al hombre que había dado orden de matarla
-Debería haber dejado el chicle. Era irritante...

Un brillo pasó por los ojos del hombre para perderse después. Ahora lo entendía todo. Ella se había dejado coger para llegar hasta él. Para matarlo a gusto.
-Hola Giorgiano ¿no te alegras de verme?- la voz maliciosa de la mujer llenaba la estancia

La miró con... sí, se puede decir que la miró con temor. Era el hombre más protegido de todo el país y probablemente del continente. Tenía todas las medidas de seguridad conocidas por el hombre e, incluso, un pequeño ejército personal, formado por matones de la vieja escuela. Nadie jamás había osado tal atrevimiento. Pero él debía haber sabido que si alguien podía intentarlo... y hasta lograrlo... sería ella. Y lo había hecho, había conseguido llegar a su lado. Era un estúpido.
-Matadla.
Antes de que nadie pudiera hacer un movimiento, nuestra señora lanzó el cuchillo a la luz y los dejó a oscuras ¿cómo iban a disparar así? Si lo hicieran se matarían entre ellos. Los había inmovilizado. Ellos no se atreverían a correr el riesgo de herir o matar a su jefe. Por la mente de la señora pasaron varias imágenes. Imágenes que consiguieron que se le saltaran las lágrimas. No. No se arriesgarían a matarlo y ella no lo deseaba. Le allanarían mucho el trabajo y era mujer que gustaba de desafíos.
Efectivamente nadie disparó. Intentaban oír... pero sólo se oía el silencio.
Un gemido aquí. Un gritito allí. La luz. Giorgiano vio encenderse la luz de la habitación en que había estado la muchacha y miró a su alrededor. Estaban todos muertos.
-Sabes que no hay nadie que pueda luchar contra mí y ganar, excepto quizá tú ¿Te atreves a probar?
Estaba cubierta de sangre y tierra. Se habían formado unos chorretes en sus mejillas. Lo miraba con odio... y aún así era la mujer más hermosa que habían contemplado sus ojos. Y la más temible.
-Atina, por favor, sé razonable. Tu familia estaba comprometiendo nuestros negocios. Tú y yo habríamos dado con nuestros huesos en la cárcel de seguir así la situación.
El odio dejó paso al dolor en la mirada de la señora. Cerró los ojos para contener las lágrimas, así como todo lo que estaba pugnando por salir. Aún no.
-Eran mi familia.
-¡Yo también soy tu familia! ¿O acaso no seguimos casados?
-¿Y nuestro hijo?¿Él también comprometía los negocios? - Gritó. El dolor se mezclaba con la ira. Era un niño inteligente, despierto, divertido y feliz. Era su niño.
-Atina, yo no sabía que estaba allí. Creía que estaba contigo. Mi corazón llora por él todos los días
Ella le echó una helada mirada. Ahora todo en ella era frío. Ya no sentía odio. Ya no sentía dolor. Sólo frío. Ahora era impasible. Bajó el cuchillo, mientras lo colocaba bien en la mano. Se ladeó hacia la pared y le dijo tranquilamente:
-¿Sabes de donde viene mi nombre? De la diosa griega Atenea, protec...
-Protectora de la ciudad de Atenas lo sé
-...tora de la ciudad de Atenas... y diosa de la justicia.
Giorgiano la miró aterrorizado.
-¡Justicia!
-En italiano se dice... Vendetta
-Eso no es justicia, es venganza
Ella se volvió, lentamente, preparada para saltar rápido si el traidor intentaba huir. Parecía una pantera y se sentía como tal. La decisión que se veía en sus ojos saltó a su corazón y, de ahí, a su mano.
-En este caso, es exactamente lo mismo
Y dicho esto, se lanzó contra él...