EXTRAÑOS CORTOS RELATOS

El blog recopilatorio de las idas de pinza de Mortfan1

9 jun 2009

El narrador

La tenue luz de la hoguera casi extinta se proyectaba sobre el rostro del narrador acentuando el aspecto místico que le proporcionaba la larga barba blanca trenzada. En sus facciones aún se podía distinguir el orgullo del guerrero y la picardía del muchacho que había sido. Miró al pueblo congregado frente a él: hombres y mujeres jóvenes, ancianos y niños, adultos en la flor de la vida. Uno de los niños sonrió impaciente y el narrador le devolvió el gesto antes de comenzar su relato.

"Una brillante mañana de la Luna Sagrada, Algren decidió ir a cazar en solitario. Su nuevo arco clamaba por demostrar su valía y el portador no pudo resistir su llamada.
Era Algren miembro del antiguo pueblo de los Djaboc, similares a los seres de poder en forma, aunque distintos en aspecto y esencia. Un grueso vello cubría todo su cuerpo y lucían afilados colmillos sobresaliendo de su mandíbula inferior. Algren era el mayor entre ellos. De aspecto feroz y fuerza hercúlea pero igualmente amable y atento.
Se encaminó, pues, al bosque en búsqueda de algún animal incauto que cayera bajo sus flechas."

El narrador se detuvo un instante. Todos lo observaban embelesados, anhelantes de la continuación. Estaban bajo su hechizo.

"Como bien sabéis, para ser buen cazador cuerpo y mente han de estar en sintonía con la naturaleza. Debes ser silencioso como la leona entre las hierbas altas y rápido como el gamo en la carrera.
Así, Algren rastreaba el bosque con pericia, serpenteando entre los árboles con agilidad y atento a todo ruido emitido por ser natural, cuando un sonido atrajo su atención por completo. Haciendo uso de técnicas antiguas (el narrador pegó su oído al suelo) escuchó atentamente intentando identificarlo. Un rumor sordo invadía la tierra, cegando todo movimiento tectónico conocido. Pero ¿de dónde vendría? (una exclamación ahogada colectiva resonó en la cabaña) Tratando de averiguar la procedencia, Algren se encaminó allí donde el sonido era más nítido. Pisaba con cuidado evitando las ramas a su alrededor, intentando no dejar marca de su paso ni avisar de su presencia."

El narrador volvió a pausar el relato. Una niña lo miraba con los ojos muy abiertos y pidió silenciosamente que continuara.

"- ¡Algren! (el narrador casi gritó el nombre usando su voz más grave y solemne, inclinándose hacia la niña que dio un respingo y se quedó boquiabierta) Escúchame...
Algren se dio la vuelta apresuradamente tratando de localizar la imponente voz a su espalda.
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres? - preguntó.
- Soy Camet- respondió la voz.
- ¿Camet? ¿El dios de la guerra? - inquirió nervioso, pues como bien se sabe hasta los más valientes han de temer a los dioses- ¿Qué es lo que quieres de mí?
- Algren, debes volver a tu pueblo y decirles que abandonen sus casas y huyan a las montañas.
- ¿Por qué debería hacer tal cosa?
- Ese rumor que oyes es el de un ejército que, bajo mis órdenes, se dirige hacia aquí para conquistar el lugar. Te hablo porque quiero daros una última oportunidad.
- ¿Una última oportunidad? ¿El exilio o la muerte es lo que propones? - Algren observó al dios con odio y se encomendó a la diosa Djabya, protectora de su pueblo - ¡Nunca! ¡Lucharemos! ¡Y venceremos! (Un rumor de aprobación y un grito de excitación sobresalieron entre la multitud) ¡Djabya, ayúdame! - por la gracia de la diosa, Algren pudo ver a su etéreo contrincante durante un segundo, suficiente para arriesgar un flechazo certero.
- ¡Algren!- gritó el dios, herido de muerte por el venablo envenenado de la magia de Djabya- ¡Yo te maldigo!
- No, Camet. Tú eres el maldito.
Con un bramido descomunal, el dios explotó en millones de pedazos de luz (el narrador se sentó de nuevo y se oyó un solo golpe de tambor) y Algren volvió a su pueblo para avisar de la próxima invasión.
Así fue cómo comenzó la Guerra Sagrada."

Los oyentes aplaudieron generosamente con sus muslos. Los niños se acercaron al narrador y se sentaron en su regazo pidiéndole que continuara contando la gran guerra. Algunos ancianos palmearon su espalda de manera aprobatoria. Una mujer se acercó a él y le ofreció un trozo de asado y una copa de vino con una sonrisa pícara. El narrador correspondió al gesto complacido. Después, la vería en su lecho.
Un buen relato siempre merece una buena recompensa, pensó.

7 comentarios:

Reithor dijo...

Mi crítica de extraña nada :P Esta es la que tengo:

El Narrador***

Un relato bien estructurado y con una historia que contar, y (por fin) aparecen dioses y monstruos. Está bien que el Cuentacuentos haga pausas y se hagan notar en el texto, le da cuerpo a la escena. Por otro lado, me parece que tiene demasiado diálogo y poca descripción (mitad y mitad). El dios de la guerra parece un poco enclenque…


Un abrazo

mortfan dijo...

Gracias por tu comentario Reithor. Y extraña nada, tienes razón. Extraña la de otro que dijo que le recordaba al Señor de los Anillos O_o
Un biquiño ;*

Chusa dijo...

Fantástico relato, eres de esas personas que es capaz de engarzar las palabras de tal forma que la lectura suena a música. Se lo he leído a mi vecino de 12 años y escuchaba con los ojos muy abiertos embelesado.Por tanto no tengo más que felicitarte. un beso.

mortfan dijo...

Muchísimas gracias Chusa, eres un cielo. Un besote ;*

Daniel HR dijo...

Bueno, pues yo tampoco quiero ser menos. Aquí esta la mía:

"La verdad es que el relato me gustó y me dejó un buen saber boca. Lástima que tuviera un competencia tan feroz. Ese viejo cuentacuentos tiene un toque oriental que lo hace muy atractivo. El héroe de la historia no está dispuesto a que su pueblo sea aplastado por los dioses, por lo que decide enfrentarse a ellos (¡Ese Prometeo...!). Pero a diferencia del mito clásico, aquí el héroe triunfa. Impecablemente escrito y muy interesante. Estuvo entre mis favoritos, pero terminó cayéndose de la lista."

¡Nos seguimos leyendo! :-)

Martín Rendo dijo...

Me encantó la verdad... me flagelo por no perder más tiempo leyendo...

Tendré que robar horas al sueño... JURO QUE LO HARÉ!!!!!!!!!

Besos a ti y collejas al picaro...

mortfan dijo...

Buenooo, Martín, apareciste!!! No me lo creo ;D
Gracias guapo y no te preocupes que sé que andas ocupado. Y si no, pues tampoco pasaría nada.
Un beso ;*