EXTRAÑOS CORTOS RELATOS

El blog recopilatorio de las idas de pinza de Mortfan1

1 oct 2009

¿Sueños?

Corre. Corre. Tienes que correr más. Tus pies pesan como cemento y tu cuerpo no responde a tu anhelo de velocidad. Miras hacia atrás y lo notas. Sabes que está ahí, persiguiéndote. Puedes oír cómo esa criatura jadea a tu espalda, cómo su aliento cálido baña tu nuca y tu reacción es instantánea. Gritas y gritas cada vez más fuerte pero ni un sonido sale de tu boca. Haces un último esfuerzo e intentas correr más rápido, escapar al horror. Como toda respuesta obtienes una ralentización de tu marcha aunque, por alguna razón, el ser ya no está ahí sino que te desplazas en soledad formando parte de la oscuridad opresiva. Al fondo ves una luz, la materialización quizá de un deseo oculto. Parece que tu cuerpo comienza a responder y tus pies aceleran apenas un suspiro. Alargas la mano, una lágrima de alivio escapa a tu control y se desliza por tu mejilla sin llegar a caer, tus dedos rozan la luz...

Abres los ojos y miras a tu alrededor. Estás en una habitación luminosa, totalmente pintada de color blanco, como blancas son las sábanas, los muebles y la ropa que cubre tu desnudez. Con extrañeza tocas una pared y las yemas de tus dedos perciben el frío suave que impregna el ambiente. Esta sensación corre desde tu mano, a lo largo del brazo, hasta tu cabeza donde invade tu cerebro y, por tanto, el resto de tu cuerpo. Ves cómo el vaho sale de tu boca y forma una nubecilla frente a tu rostro, ahora azulado debido al hielo que ha aparecido sobre ti y a tu alrededor. Comienzas a sentir agobio, el silencio penetrante invade tu mente y buscas una salida. Hay una puerta frente a ti y te diriges a ella, no sin aprensión. Antes de rozarla siquiera, se abre por sí misma apenas unos milímetros dejando ver una oscuridad pura que parece pugnar por entrar. Te resistes, pero ves cómo láminas negras saborean los contornos de la puerta. Das un paso atrás con temor, mas una desconocida ola de valor te invade y decides salir al encuentro de aquello que va hacia ti y, llenando tus pulmones una última vez, penetras en la oscuridad...

El viento ululante barre el resto de sonidos que pudieran existir en el páramo desnudo que te rodea. A lo lejos, una enorme figura encapuchada te observa al tiempo que ve todo a su alrededor sin variar su postura. A sus pies, cinco figuras diminutas que se miran unas a otras desconcertadas. Deseas acercarte y, antes de dar un solo paso, ya estás allí. Descubres cinco familiares y amigos que te ven colocarte entre ellos con expresión atemorizada. Les devuelves la mirada del mismo modo y vuelves tus ojos a la enorme figura oscura ante ti. Sabes quién es. Es el Juez. Niegas con la cabeza y te tapas los oídos con fuerza, hasta que notas sangre entre los dedos. El gemido ahogado que comienza tu garganta se convierte en un grito forzado...

Gritando silenciosamente te sientas en la cama. Te invade una sensación de opresión al ver la oscuridad ante ti. Tocas tu cara, tus brazos, tu pecho, tu pelo... sonríes con alivio e incluso una liberadora risa comienza a formarse entre tus labios. Mueves tu mano hacia el interruptor y lo conectas. Aún está oscuro. Te vuelves con asombro y vuelves a accionarlo. Aún está oscuro. La garganta se te cierra y el estómago te da un vuelco. Con ahínco accionas el interruptor una y otra vez pero la luz no se prende y notas cómo la negrura comienza a cerrarse sobre ti. Unos brazos invisibles exploran tu cuerpo, violan tus rincones ocultos. Quieres gritar de nuevo, pero no puedes. Intentas levantarte de la cama, pero tu cuerpo no responde. Una lágrima comienza a caer mientras te debates con fuerza...

Un hormigueo recorre todo tu cuerpo. Una especie de corriente eléctrica invade tu cuerpo y se detiene en el dedo índice de l amano derecha. Lo mueves, la inseguridad te domina. Oyes un pequeño grito de júbilo e intentas abrir los ojos pero, aunque tus párpados se debaten rápidamente, no eres capaz. Más voces invaden tu espacio. No dentro de tu cabeza, sino fuera. A tu lado. Algo te toca. No es angustioso, no es doloroso, no es punzante. Sólo suave. Haces un nuevo esfuerzo, llegando casi al límite de tus fuerzas. Sombras y luces comienzan a formarse ante ti. Ves caras. Una mujer. No, dos mujeres. Un chico joven. Y un hombre mayor con cara seria que sujeta tu muñeca y mira su reloj con concentración.
- Doctor, ¿ya está?¿Se ha despertado?
Una luz inunda tus ojos. Primero uno y luego otro.
- Por favor, les agradecería que salieran. Tenemos que hacerle algunas pruebas.
- Pero ¿se pondrá bien?
El hombre mayor sonríe apenas perceptiblemente. Pone su dedo índice frente a tus ojos y lo mueve de un lado a otro, lentamente. Para tu sorpresa, eres capaz de seguirlo con los ojos sin casi esfuerzo.
- No puedo asegurarlo aún. Pero soy optimista.
Ves cómo los otros tres se abrazan, llorando libremente. Otro chico joven, completamente vestido de blanco, agarra los pies de tu cama y te saca de la habitación. La luz blanca inunda todo y varias personas vestidas igual que el que te lleva pululan a tu alrededor. Unos de verde, otros de azul... Entonces la palabra exacta acude a tu cerebro. Hospital.
- No debes preocuparte. No vamos a hacerte nada malo- dice el enfermero sonriente. Puedes ver con claridad sus dientes blancos, sus colmillos puntiagudos. Oyes una risa malévola...

5 comentarios:

Chusa dijo...

brrrrrrrrrrrr..... he sentido un escalofrío en la espalda, me ha recordado a algo vivido... o quien sabe, quizá haya sido soñado...te das cuenta?si consigues que alguien sienta leyendo tu relato uno de los objetivos fundamentales de todo autor, está cumplido!.un bss,me ha encantado.

Mián Ros dijo...

Estupendo relato Mortfan; quién no ha tenido pesadilla semejante.
En mi novela, "Ángeles de Cartón", se manifiestan secuencias afines a este relato debido a los miedos que los hombres vamos acumulando en nuestra zona más receptiva de la conciencia, y que suelen activarse al menor traspié.

Un fuerte abrazo.

"... y por decir, lo digo. No lo digo por decir".(MiánRos)

mortfan dijo...

Gracias a los dos como siempre. Me alegro que al menos a vosotros os gustara, lo cierto es que no tuvo muy buena acogida...

gaelenzabel dijo...

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Unknown dijo...

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