EXTRAÑOS CORTOS RELATOS

El blog recopilatorio de las idas de pinza de Mortfan1

28 feb 2009

A mis lectores imaginarios...

Queridos lectores imaginarios...
¿Os habeis preguntado alguna vez cómo sienta deshacer tu alma en pedazos una y mil veces intentando recomponerla en palabras, con el esfuerzo que eso conlleva, y que nadie, casi ni tú misma, veas resultados en ello?
¿Os imaginais lo que es coger el ordenador, día tras día, con ilusión renovada ("Hoy sí, hoy alguien leerá mis textos") y encontrar que todo aquello que te importa, lo único que te mantiene cuerda... es sólo un espectro de tus esperanzas destruidas?
Pues bien, así me siento yo todos los días. En realidad, si escribo esto es sólo para repetir el punto 1 e intentar desahogar el nudo que se encuentra ahí, en el medio de la garganta. Ya sabeis, ese nudo que intenta ahogaros cuando estais muy asustados, o emocionados o, simplemente, sentís de manera intensa. ¿No sabeis cual es? Creo que todos los malos sentimientos se unen, alocados ellos, y hacen un círculo imaginario, cogidos de la mano y corren, corren cada vez más deprisa, hasta atascarse ahí, en ese punto de tu anatomía, con un gran ¡Uuuuuups!
Y tú los sientes llegar, los notas subiendo por tu garganta, en loca carrera, hasta que llegan a su destino. Y entonces intentas tragar saliva, pero no tiene sentido porque uno de ellos se ha traído un paraguas, formado por tu indecisión, que repele tus intentos de volver a ser persona y dejar de balbucir como una idiota.
Bien, mi manera de que todos esos inconscientes se vuelvan a su casa, sea donde sea, es escribir. Y escribo y escribo y sigo escribiendo... pero cada día entro aquí, esperando ver algún comentario... y el estúpido nudo vuelve a aparecer. Cada vez más difícil de deshacer, como si pidiera refuerzos a Dolor y Soledad que, además del paraguas Indecisión, les dejan los andamios Inseguridad.

Queridos lectores imaginarios, os agradezco vuestra intención. Pero claro, como sois imaginarios, no podeis ayudar mucho, sea cual sea vuestra decisión en ello. También es cierto que tengo algún lector, bastante asiduo. Si no recuerdo mal, creo que uno. El Uno. El Lector. El no imaginario, me refiero. Aunque vosotros sois gran compañía, lo cierto es que sois productos de mi febril imaginación, una vibrante invención de este alocado cerebro que me ha tocado. Y cuando mi cerebro empiece a deteriorarse vosotros desaparecereis con la misma prontitud con que llegasteis a mi vida. Dado que estoy hablando con seres invisibles e intangibles cuyo único origen es una desilusión, un golpe en la cabeza y un dónut en mal estado... creo que mi cerebro, no sólo no está empezando a deteriorarse, sino que está en estado avanzado de putrefacción.

En fin, la vida es como es. Y también la putrefacción. No tiene sentido pensarlo más, así que voy a, simplemente borrarlo de mi mente, como se borran los traumas infantiles o la primera vez que practicas sexo...
Gracias mis lectores imaginarios. Y gracias a ti Uno, si supiera tu nombre todo sería más real, pero de momento, me conformo con saber que no estoy tan inmersa en el mundo de la locura como para crearme un alter ego y escribirme a mí misma... al menos de modo favorable.
Un beso al mundo de los sueños y un hostión al mundo real. Que se vaya al carajo.

23 feb 2009

La explosión

Ella los observó dirigirse al coche mientras reían y sonrió. Su hijo era feliz... ¿qué más podía pedir?
Pero su corazón le decía que faltaba algo... algo...
Cogió dinero de su escondite secreto, a salvo de la indiscreción de su marido, y salió para reunirse con su familia.
Cuando traspasó el umbral de la puerta notó una sensación extraña en el estómago, como cuando subes a una montaña rusa. Sólo había experimentado esa sensación una vez en su vida. Se dio la vuelta. Miró hacia arriba... Y allí, en el tejado, mirándola atentamente, estaba él. El hombre del bosque. Esos ojos eran inconfundibles.
Se quedaron enganchados el uno en la mirada del otro.
Si ella se preguntó qué hacía él allí no lo dio a entender. Si él se preguntó cómo lo había descubierto lo dejó pasar.
Quería decirle "Ven" pero su corazón latía a mil por hora y de su boca sólo salía un jadeo, como si hubiera estado corriendo.
Llevaba tres años soñando con ese hombre y allí estaba ahora. ¿Habría soñado él con ella? No, no creía ¿por qué iba a hacerlo? Y, sin embargo, él parecía igualmente incapaz de apartar la mirada.
Entonces lo oyó.
El sonido que cambiaría su vida para siempre.
El sonido que destruyó sus esperanzas y sus alegrías y que rompió su corazón en mil pedazos.
La explosión.

Una lágrima

Miró aquella escena con horror. No sabía muy bien qué había ocurrido, sólo que lo que había ante sí era irrevocable. En sus pupilas se reflejaba la tragedia con tal claridad que parecía querer sacar una fotografía, a pesar del dolor que invadía su pecho. No quería mirar, pero no podía evitarlo. Su vida, su alma y su ser se desvanecieron en un vacío insondable; todo lo que era parte de sí giraba y giraba en un remolino apocalíptico hasta perderse para siempre en una sima oscura y fría.
Observaba, intentando no pensar, deshechando lo que sentía casi con frialdad, como si todo aquello fuera una broma que se había salido de su cauce y hubiera tenido fatídicas consecuencias. Entonces, como respondiendo a un instinto profundo, una lágrima se escapó de su ojo, dejando marcas en sus mejillas sucias por el polvo, y se escurrió elegantemente por su mentón hasta quedar prendida sólo por el deseo... hasta que finalmente cayó. Sólo una lágrima...

20 feb 2009

Rompehuesos

Éste es un texto de una amiga, que se llama Dulce. Le puse este título porque me pareció el personaje principal, aunque la que "habla" sea la chica(qué se le va a hacer... ;D )
Espero que os guste...



Era una noche clara. Se podía ver la luna, no había ninguna nube ni tampoco estrellas. Estas noches tranquilas me inquietaban.
Iba paseando tranquilamente con él que, en aquel momento, era mi novio. Lo conocían como El Rompehuesos.
Rompehuesos y yo llevábamos ya unos tres años juntos. No sé por qué estaba con él, cada vz lo soportaba menos. Pero aún así seguía con él, me había dejado tantas veces que perdí la cuenta, pero siempre volvía con él. No me explico por qué. Él era poco detallista, sólo se preocupaba por él mismo y por sus amigos y yo siempre era la última.
Nuestra historia es bastante trágica, yo creo que nunca me llegó a querer o sólo me uqiso al principio.
Esa noche yo estaba muy pensativa y me lo notó. De costumbre no lo habría notado, nó sé por qué esa noche lo notó.
Él me dijo:
-Nena, esta noche te encuentro rara, te pasa algo

Me quedé callada, no le respondí. La verdad es que no lo sabía ni yo. Esa nohe creo que estaba segura de que podría decile el último adiós, pero ¿lo conseguiría?
Al rato, al ver que no le hacía caso de golpe me agarró por los antebrazos y me dio la vuelta. os quedamos los dos mirándonos a los ojos sin decir nada, esos ojos me volvían loca, sólo con mirarlo mi corazón dejaba de latir. Él lo sabía y sabía cómo camelarme.
Al final me dijo:
- Preciosa- preciosa... algo pasaba. Hacía meses que no me llamaba así- esta noche te noto distante- dejó una pausa interminable, no podía ni tragar saliva, me sentía alterada- Sé lo que pasó el otro dái.

Cómo... no sé cómo pudo enterarse pero se enteró... Qué le diría, tenía moivos para mosquearse o no. Él me había mentido acerca de tantas cosa. Pero qué decirle, me había pillado, me quedé sin palbras. Lo único que supe hacer fue agachar la cabeza y, la verdad, es que nunca lo debería haber hecho. No me sentía mal, en verdad me daba igual lo que pensara, pero agaché la cabeza y mis ojos dejaron caer una lágrma, que resbaló por mi mejilla y cuando estaba llegando a mis labios, él me levantó la cabeza y me la retiró con una ternura que nunca había sentido. No sabía qué estaba pasando, él no era así. Se habría dado cuenta de que me quería o sólo lo hacía por compasión. Me volvió a mirar, clavó sus pupilas azuls en las mías y, con parsimonia, me dijo:
-Sé lo que ha pasado, lo que has hecho con Fran. Te perdono.

¿Qué?¿Cómo que me perdona? No entendía nada. No sé si era la noche o era yo, pero no podía estar pasando esto. De qué se trataba era un trampa. Se había enterado de verdad o quería que yo confesara. Sabía que Fran no le hbía dicho nada de lo que había pasado entr nosotros. Y la verda es que, en ese momento, me dio igual. Yo quería cortar. Sí quería. Pero al final no lo hice. Como siempre me dejé seducir por su encanto.
Todavía no le había contestado y me soltó, se dio la vuelta y empezó a caminar. Me quede´pensativa y, al rato, empecé a caminar. Él miró hacia atrás y dijo, con una voz muy dulce:
-Me voy a hacer un porro ¿vale cariño? Toma, hazte tú uno de hierba y yo otro de poleny nos olvidamos de todo.

Se sentó en un banco y sacó la hierba. Me dio el mejor cogollo y yo, sin decir nada, lo cogí, me senté a su lado y empecé a hacerme el peta. Él estaba callado, me imagino que esperaba a que yo dijera algo pero no podía, no era capaz de pronunciar nada, sólo podía pensar. ¿De qué iba todo esto? Éste no es Rompehuesos. Su estilo es más de hacerse el peta, pinchárselo y darte que lo mates. Nada de perdonar, él arregla todo a hostias y de malas maneras. Nunca me había secado una lágrima y eso que había llorado muchísimas veces delante de él.
Me terminé el peta y lo dejé en el banco y me fui. Cuando había caminado un rato oí una voz. Esa voz me tranquilizaba, me daba ánimos para seguir, miré hacia atrás y allí estaba. Era Fran. Vino hacia mí, iba guapísimo con unos pantalones vaqueros y una camisa del niño. Él siempre tan pijo. Y ese olor, qué bien olía. Cada vez que nos íbamos juntos en la mto me encantaba ir detrás oliéndole.
-Mar, Mar, espera- me dijo desde lo lejos
Lo esperé entusiasmada, ya no me acordaba de lo que había pasado con Rompehuesos.
-Mar, tengo una mala noticia y otra buena.
En ese momento sí que podía hablar. Me sentía segura a su lado
-Hola Fran. Dime primero la buena y luego la mala por favor- le dije desolada
-Lo siento, pero primero diré la mala y luego la buena- se hizo el silencio y asentí con la cabeza- ¿Sabes que Rompehuesos se ha enterado de que nos liamos no?- volví a asentir- pues no se ha mosqueado conmigo ¿sabes lo que me ha dicho?- la verdad no sabía nada. Esa noche era tan rara que no sé si habría algo que me sorprendiea más- que eres toda para mí, que él ya hace tres meses está saliendo con Clara.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Quéeeeeeeeeeeeeee????????????????!!!!!!!!!!!!!!!!!- No sé de qué me sorprendía si él era el cabrón más grande que en mi vida conocí.- Con razón ha dicho que me perdonaba, será cabrón y yo me sentía fatal, por lo bien que se estaba portando, normal si le daba igual.
-Tranquila mi niña hermosa, piensa en la buena noticia. Podremos estar juntos y nadie nos molestará- era verdad, era mil veces mejor que Rompehuesos, me trataba mejor, y me entendía. Siempre habíamos sido amigos y cada vez que Rompehuesos se largaba él y yo nos quedábamos juntos y me encantaba, era tan amable...
-Llevas razón Fran, pero lo siento no me esperaba esta noticia. Peo bueno así podremos estar tú y yo como el otro día de maravilla.
-Sí. Ah, tengo una sorpres para ti, cierra los ojos- los cerré con muchas ganas de volverlos a abrir- ya los puedes abrir.
Era un ramo de rosas. Era la primera vez que me regalaban rosas. Nunca a esa edad, tendría 22, y nadie me había regalado rosas. Eran preciosas y él también. Pero lo malo es que esto no había acabado, sólo era el principio. Me pareció muy rara la actitud de Rompehuesos, esto es sólo el principio de un final más trágico aún...

1 feb 2009

Origen de la guerra

Esta vez no voy a escribir yo nada. Buceando en internet he encontrado un artículo llamado Origen de la guerra o el malentendido de la tierra prometida y me ha encantado. Tengo que admitir que no soy persona religiosa para nada, lo que no quiere decir que no sea espiritual, son cosas distintas. Pero me declaro fan incondicional del autor de este artículo, que paso a copiar aquí, pues el autor se expresa mucho mejor de lo que podría hacerlo yo en toda mi vida. Fantástico. Así que, aquí viene el texto serio de hoy, proveniente de http://www.webislam.com/?idt=11962

Origen de la guerra o el malentendido de la tierra prometida
La tierra prometida no es un trozo de territorio con escrituras de propiedad

Adán y Eva, el ser humano primordial unificado en el par masculino/femenino, yin/yang, cielo/tierra, luz/tinieblas, etc., fue creado en el paraíso, en la unidad. El paraíso era el hogar del ser humano. Era Uno con Dios. Pero el Maligno (creación de Dios), el que divide y separa, engañó al ser humano. Le hizo creer que no era suficiente ser solamente el ser humano primordial, Uno con Dios y teniendo el paraíso como hogar. Le dijo: “si coméis de este árbol llegaréis a ser......”.
Las personas corrientes de toda la vida y de todos los tiempos, queremos llegar a ser lo que ahora no somos. Desde nuestra infancia que nos preguntan: “¿Qué quieres ser de mayor?”, y respondemos que médico, ingeniero, maestro, jardinero, carpintero, conductor de autobús, etc. Ya grandes, cuando somos médicos, ingenieros, maestros, jardineros, carpinteros, conductores de autobús, etc., nos damos cuenta que no tenemos suficiente. Entonces, queremos que nos toque la lotería, disfrutar de mayor bienestar, tener dos carreras, tener un coche más bonito, hacer un viaje, etc. Y cuando lo tenemos, queremos más cosas, hasta que nos damos cuenta que lo que realmente necesitamos no son cosas o conocimientos. Lo que realmente necesitamos es salud, felicidad y sentirnos realizados.
La población civil en todas partes quiere salud, felicidad y sentirse realizada. Nadie quiere que su familia muera por causa de la guerra, ni nadie quiere coger armas.
Volviendo al principio, cuando el ser humano primordial obedeció al Maligno, se separó del Uno. Y comenzó su vida en la tierra, trabajando, luchando, amando, jugando, matando, robando, etc.
Esta tentación del Maligno de “llegar a ser algo diferente de lo que uno realmente ya es”, es la causa de la infelicidad, primero, y de la guerra, segundo. Cuando uno dice: “quiero tu dinero, o tus tierras, o tu reino, o tu mujer”, o cuando dice: “yo soy superior a ti, por esto has de morir”. Cuando la persona se deja llevar por esta tentación de “querer ser diferente a lo que realmente uno ya es”, acaba con su felicidad y comienza a hacer la guerra. Y este “lo que realmente ya es” significa el derecho divino que cada persona tiene de volver al paraíso y volver a ser un ser humano primordial. “Lo que realmente ya es” es lo que la persona encuentra cuando se ha desnudado, cuando ha hecho limpieza en su cerebro, cuando vuelve a ser uno con Dios y con el mundo.
El puto dinero ha causado mil y una guerras en todos los tiempos. Qué son si no las guerras entre familias por una herencia, o las guerras políticas, o las guerras del narcotráfico, o las guerras entre clases sociales, o las guerras de rapiña por los recursos naturales de un país. Hay muchísimos ejemplos.
La soberbia es perversa: este “querer ser más que el otro”, sea por racismo, por dinero, por nacionalismo, por religión, por lengua, da lo mismo. La soberbia hace olvidar que la verdadera misión de cada persona es hacer el camino de vuelta. Ningún camino de ida, lejos de uno mismo, lleva a ninguna parte.
El camino de ida es el motor maligno de las ideologías políticas, religiosas, sociales, futbolísticas, del miedo al fracaso, de la depresión, etc. El sufrimiento que causa es tan profundo, crea tanta opresión, confusión y preocupación, que la humanidad se olvida de hacer el camino de vuelta hacia sí misma.
En todos los textos sagrados está muy claro este camino de vuelta. Y en muchas obras de los grandes sabios de la humanidad hay esta intuición. Camino de vuelta a lo que uno “realmente ya es”, tu paraíso, la unidad con la divinidad, la verdadera felicidad y libertad. Esto es la tierra prometida, está dentro de cada uno.
LA TIERRA PROMETIDA NO ES UN TROZO DE TERRITORIO CON ESCRITURAS DE PROPIEDAD.